¿Cómo afecta la música a la eficacia de los deportes?

La vida de una persona moderna es difícil de imaginar sin música. Está en todas partes: desde el primer minuto que nos despertamos hasta el sonido del despertador por la mañana. Los sonidos de la música nos persiguen en la calle, mientras compramos, en el transporte público, en casa, en el trabajo, en restaurantes y cafeterías. Qué decir del tono de llamada de nuestro teléfono, que cada hora nos informa de una llamada entrante. De una forma u otra, la música crea el ambiente para todo el día, coloreándolo con ciertos colores. Ahí es donde reside su principal valor.

En este caso surge la pregunta: ¿por qué no utilizar la música como motivación durante la práctica deportiva? Al fin y al cabo, el entrenamiento suele ser una repetición monótona de una serie de ejercicios físicos, que muchas personas encuentran muy tediosos y aburridos. La música te permite combinar agradable y útil. Entrenar con música se diferencia significativamente de realizar ejercicios físicos en completo silencio. Con él, no es necesario escuchar su respiración agitada, las líneas de otras personas, las exclamaciones y los pisotones. Muchas personas que hacen ejercicio en el gimnasio prefieren hacerlo exclusivamente con auriculares.

A favor del acompañamiento musical del entrenamiento también está el hecho de que la música enérgica te motiva a alcanzar nuevos logros. Con él podrás disfrutar de tu entrenamiento y ni siquiera darte cuenta del grado de fatiga.

Está científicamente comprobado que la música realmente tiene un efecto favorable en la productividad del proceso educativo. El entrenamiento rítmico te permite tolerar el esfuerzo físico mucho más fácilmente. El acompañamiento musical es ideal tanto para ejercicios de baja intensidad (caminar o correr) como para entrenamientos serios (crossfit, lucha, aeróbic, entrenamiento de fuerza). La música ayuda a minimizar la fatiga, que aparece a mitad del entrenamiento debido a la sobrecarga de varios grupos de músculos. Se ha demostrado que la música reduce de media el nivel de esfuerzo percibido durante la actividad física entre un 10 y un 20%. Los científicos pudieron confirmar empíricamente que esto se debe a que durante el ejercicio los impulsos musicales de las terminaciones nerviosas se transmiten al cerebro. Dependiendo de las particularidades de la actividad, pueden diferir en su intensidad.

Gracias a la música, casi no sentirás incomodidad ni fatiga de tu entrenamiento, y disfrutarás escuchando tus pistas favoritas. Sin embargo, en el caso de ejercicios físicos complejos y que requieren mucho tiempo, las señales del cuerpo pueden anular la señal de la música. En este punto, la música comienza a irritar. En este caso, incluso las pistas más motivacionales, que, en igualdad de condiciones, deberían motivar para un entrenamiento productivo, no ayudarán.

La efectividad de la música depende directamente del nivel de aptitud física del atleta. Los atletas profesionales afirman que no sienten el más mínimo alivio durante el entrenamiento con la música. Otra cosa es aficionados, para quienes la música es a menudo una verdadera salvación. En este caso, se trata de practicar el hábito. Los atletas profesionales a menudo entrenan a la música que en algún momento su cuerpo simplemente deja de percibirlo como una forma de aliviar la carga.

Para un mayor efecto de la capacitación, debe elegir pistas energéticas que funcionen como una droga real. La música vibrante le permite permanecer más tiempo en ciertos ejercicios, interpretándolos al máximo. Con la ayuda de pistas energéticas, puede aumentar su resistencia. De hecho, la música involuntariamente te hace correr, nadar y pedalear más rápido. La música es perfecta tanto para correr a corta distancia, donde puede dar lo mejor de sí y los entrenamientos largos que requieren resistencia y correr a máxima velocidad.

Las pistas motivacionales hacen que sea mucho más fácil soportar la incomodidad y la quema en los músculos. La música hace que sea más fácil establecer discos personales. Por ejemplo, es más fácil pararse en el bar, odiado por todos, con música enérgica que en completo silencio. Además, no subestimes la importancia de la música y después del entrenamiento. Con la ayuda de las melodías relajantes, puede reducir la velocidad de su ritmo cardíaco, reducir la presión arterial y recuperarse más rápido después del ejercicio.

La música es la mejor opción para aquellos que favorecen la recuperación activa. Las pistas energéticas te harán moverte incluso cuando no te quede energía. Es esencial salir de un entrenamiento intenso gradualmente. El movimiento suave con la música ayuda a reducir los niveles de lactato en la sangre, aumentando así la productividad de su entrenamiento y mejorando su bienestar.

No olvides que bajo tus pistas favoritas, tu cuerpo se adapta más rápido a una actividad física inusual. Este es un motivador personal para lograr sus objetivos. En este caso, el deporte se percibe como algo muy placentero, y no se convierte en una obligación. Con su ayuda, estará mucho más dispuesto a salir a correr o ir al gimnasio a hacer ejercicio después de un duro día de trabajo.

Los temas favoritos ayudan a convertir el ejercicio físico en una fuente de positividad y energía. En este caso, es importante elegir correctamente tu lista de reproducción de ejercicios, agregando pistas energéticas que te brindarán el máximo placer. Escuchar música agradable provoca la producción de la hormona del placer, la serotonina. Gracias a ello, tu entrenamiento será positivo y querrás volver al gimnasio nuevamente.

¿Entrenas con música o en silencio? Comparte tu experiencia en los comentarios, danos me gusta y suscríbete a nuestro canal.